La ecografía transvaginal es un examen de diagnóstico que se realiza mediante la introducción de una sonda en la vagina, la cual emite ondas de sonido que se transforman en imágenes en una pantalla. Este examen permite visualizar los órganos reproductivos femeninos, como el útero, los ovarios, las trompas de Falopio, el cuello uterino y la vagina.
Esta tiene varias aplicaciones clínicas, entre las que se encuentran:
- Examen de rutina para evaluar el estado de los órganos pélvicos y detectar posibles anomalías, como quistes, miomas, pólipos, infecciones o inflamaciones.
- Confirmación y seguimiento del embarazo durante el primer trimestre, ya que permite ver el saco gestacional, el embrión, los latidos cardíacos y la placenta.
- Diagnóstico de embarazo ectópico, es decir, cuando el óvulo fecundado se implanta fuera del útero, lo que puede causar complicaciones graves.
- Estudio de la fertilidad y la ovulación, ya que permite observar el tamaño y la forma de los ovarios, así como el desarrollo y la liberación de los óvulos.
- Colocación de dispositivos intrauterinos (DIU), ya que facilita su inserción y su correcta ubicación.
¿Cómo se realiza?
La ecografía transvaginal es un procedimiento sencillo, rápido e indoloro, que no requiere anestesia ni preparación previa. Solo se recomienda usar ropa cómoda y retirar el tampón si se está menstruando o sangrando.
El examen se realiza con la mujer acostada en una camilla ginecológica, con las piernas flexionadas y apoyadas en unos estribos. El médico o el técnico introduce la sonda en la vagina, previamente cubierta con un condón y lubricada con un gel. La sonda emite ondas de sonido que rebotan en los tejidos internos y generan imágenes en una pantalla. El médico o el técnico mueve suavemente la sonda para obtener diferentes ángulos y perspectivas de los órganos pélvicos. El examen suele durar entre 10 y 15 minutos.
Después del examen, la mujer puede limpiar la zona genital con una toalla húmeda o papel higiénico y retomar sus actividades habituales sin ninguna restricción. El médico le entregará un informe con los resultados y las posibles recomendaciones.
¿Cuales son sus ventajas?
Tiene varias ventajas sobre otros métodos de diagnóstico por imagen, como la ecografía abdominal o la radiografía. Entre ellas se encuentran:
- Es un examen seguro y no invasivo, que no emite radiación ni tiene efectos secundarios ni contraindicaciones.
- Es un examen accesible y económico, que se puede realizar en cualquier centro médico o clínica especializada.
- Es un examen preciso y detallado, que permite obtener imágenes nítidas y de alta resolución de los órganos pélvicos, gracias a la proximidad de la sonda con los mismos.
- Es un examen versátil y adaptable, que se puede realizar en diferentes situaciones clínicas y con diferentes fines diagnósticos o terapéuticos.
¿Qué riesgos tiene la ecografía transvaginal?
La ecografía transvaginal es un examen muy seguro que no presenta riesgos significativos para la salud de la mujer ni del feto en caso de embarazo. Sin embargo, algunas mujeres pueden experimentar algunas molestias o incomodidades durante o después del examen, como:
- Sensación de presión o frío en la vagina por la introducción de la sonda.
- Leve sangrado o flujo vaginal por la irritación de la mucosa vaginal.
- Dolor o calambres abdominales por la estimulación de los órganos pélvicos.
Estas molestias suelen ser leves y transitorias, y no requieren tratamiento específico. No obstante, si se presentan síntomas más intensos o persistentes, como fiebre, dolor severo, sangrado abundante o infección, se debe consultar al médico lo antes posible.
¿Cada cuánto se debe hacer la ecografía transvaginal?
La frecuencia con la que se debe realizar la ecografía transvaginal depende de cada caso y de la indicación médica. En general, se recomienda realizar una ecografía transvaginal al menos una vez al año como parte del chequeo ginecológico rutinario, para prevenir y detectar posibles problemas de salud reproductiva.
En caso de embarazo, se recomienda realizar una ecografía transvaginal entre las semanas 6 y 12 de gestación, para confirmar el embarazo, determinar la edad gestacional, verificar el número de fetos y descartar posibles complicaciones.
En caso de problemas de fertilidad, se recomienda realizar una ecografía transvaginal cada mes durante el período ovulatorio, para evaluar el funcionamiento de los ovarios y las trompas de Falopio, así como para programar el mejor momento para concebir.
En caso de síntomas o signos de alerta, como dolor pélvico, sangrado anormal, secreción vaginal o masa abdominal, se recomienda realizar una ecografía transvaginal lo antes posible, para diagnosticar la causa y establecer el tratamiento adecuado.
¿A qué edad se debe hacer la ecografía transvaginal?
No hay una edad específica para realizar la ecografía transvaginal, ya que se trata de un examen que se adapta a las necesidades y circunstancias de cada mujer. Sin embargo, se puede considerar que la ecografía transvaginal está indicada desde el inicio de la vida sexual o reproductiva hasta la menopausia, es decir, desde los 15 hasta los 50 años aproximadamente.
Durante esta etapa, la mujer puede beneficiarse de las ventajas de la ecografía transvaginal para controlar su salud ginecológica, planificar su embarazo, monitorear su gestación y prevenir o tratar posibles enfermedades o alteraciones.
Después de la menopausia, la ecografía transvaginal puede seguir siendo útil para evaluar el estado del útero y los ovarios, especialmente si hay antecedentes familiares o personales de cáncer ginecológico. No obstante, en este caso se debe consultar al médico sobre la conveniencia y la periodicidad del examen.
Conclusión
Es un examen de diagnóstico por imagen que permite visualizar los órganos reproductivos femeninos mediante la introducción de una sonda en la vagina. Es un examen seguro, preciso y versátil que se puede realizar en diferentes situaciones clínicas y con diferentes fines diagnósticos o terapéuticos.
Ess recomendable para todas las mujeres en edad reproductiva, al menos una vez al año como parte del chequeo ginecológico rutinario. Además, es indispensable en caso de embarazo, problemas de fertilidad o síntomas sospechosos.
La ecografía transvaginal no requiere una preparación previa ni presenta riesgos significativos para la salud. Solo puede causar algunas molestias leves y pasajeras que no necesitan tratamiento. Sin embargo, si se presentan complicaciones o dudas al respecto, se debe consultar al médico.
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